Análisis de Squingle – Un viaje psicodélico en realidad virtual y mixta

Si alguna vez te has preguntado cómo sería guiar orbes a través de un laberinto líquido en una galaxia fluorescente… felicidades, Squingle es justo el juego para ti. Desarrollado por Benjamin Outram y lanzado originalmente en 2021, este título de realidad virtual ha ido evolucionando y mejorando con el tiempo. Con su más reciente actualización en noviembre de 2024 para Meta Quest, Squingle ha incorporado características como realidad mixta, seguimiento de manos y un modo Mirror Mode que agrega una capa extra de desafío.

A día de hoy, sigue siendo un juego único en su género, desafiando la percepción del espacio con sus mecánicas de movimiento fluidas y su atmósfera mística. No es solo un rompecabezas más en VR; es una experiencia sensorial que juega con tu mente mientras te maravillas con sus hipnóticos colores.

Historia en el juego

Bueno, Squingle no es precisamente un juego con una narrativa tradicional. No hay dragones que salvar, princesas en castillos ni un protagonista con una trágica historia de fondo. Pero eso no significa que no tenga alma.

En Squingle, una enigmática voz (o más bien, una presencia cósmica) te guía a través de niveles que representan conceptos universales como el nacimiento, el amor y la conexión. ¿Profundo, no? Más que contarte una historia en el sentido clásico, el juego te sumerge en un viaje casi espiritual, donde el progreso en los niveles parece simbolizar la evolución y el crecimiento.

Si bien no es el foco del juego, esta capa narrativa le añade un toque filosófico que lo diferencia de otros títulos de rompecabezas en VR.

Apartado gráfico y banda sonora

Aquí es donde Squingle brilla (literalmente). Sus gráficos son como si un pintor psicodélico hubiera decidido experimentar con neón y formas orgánicas en movimiento.

Los niveles están formados por laberintos translúcidos y ondulantes que parecen sacados de un sueño lúcido. Cada nivel se siente vivo, con estructuras que se retuercen, laten y cambian a medida que interactúas con ellas. Es una fiesta visual donde cada movimiento se siente como si estuvieras manipulando el cosmos con tus manos.

Y si los gráficos son un viaje, la banda sonora es la nave espacial que te lleva a través de él. Con música ambiental envolvente y efectos de sonido suaves, el juego consigue un equilibrio perfecto entre relajación y concentración. No es el tipo de juego que te acelera el pulso con melodías frenéticas, sino que te sumerge en una especie de trance, permitiéndote disfrutar cada movimiento con calma y precisión.

Si alguna vez has jugado en VR y has pensado: “Esto se siente como estar en otra dimensión”, Squingle lleva ese concepto al extremo.

Mecánicas y jugabilidad

Ahora sí, la parte más interesante: ¿cómo se juega Squingle?

El objetivo es guiar una serie de orbes en espiral a través de un laberinto en 3D, evitando tocar las paredes y superando obstáculos cada vez más complejos. Suena fácil, ¿verdad? Pues no lo es.

El verdadero desafío radica en la naturaleza fluida y orgánica del movimiento. No es un simple “arrastra y suelta”, sino que debes girar, inclinar y mover con precisión para lograr que los orbes pasen a través del camino correcto.

El juego hace un uso excelente de la realidad virtual, permitiéndote manipular el entorno en tres dimensiones, acercándote, alejándote y rotando los niveles para encontrar el mejor ángulo.

Además, con la actualización para Meta Quest 3, el juego introduce realidad mixta, permitiendo que los niveles aparezcan en tu entorno físico. Así que sí, ahora puedes tener un portal cósmico flotando en tu sala de estar. También se ha añadido el seguimiento de manos, lo que significa que puedes jugar sin controladores, usando solo tus manos para mover los orbes.

Otro añadido interesante es el Mirror Mode, un nuevo modo de juego donde debes resolver los niveles reflejados en tiempo real, aumentando la dificultad para aquellos que buscan un reto adicional.

Duración y dificultad

Squingle cuenta con más de 100 niveles, lo que te garantiza bastantes horas de juego si quieres completarlo todo.

La dificultad aumenta de manera progresiva, comenzando con niveles bastante accesibles y subiendo hasta retos que pondrán a prueba tu coordinación y paciencia. No es el tipo de juego que te frustra en los primeros minutos, pero sí exige precisión y pensamiento espacial avanzado a medida que avanzas.

Si eres de los que disfrutan resolviendo rompecabezas sin presión y tomándose su tiempo, Squingle te permitirá hacerlo a tu propio ritmo. Pero si buscas un reto mayor, el modo espejo y los niveles más avanzados te pondrán a prueba.

Algunos niveles pueden ser un poco frustrantes debido a la naturaleza abstracta del diseño, pero el juego siempre se siente justo. Si fallas, es porque necesitas mejorar tu técnica y tu percepción del espacio, no porque el juego esté mal diseñado.

Conclusión

Squingle no es solo un juego de rompecabezas en VR, es una experiencia sensorial que te envuelve en un torbellino de colores, sonidos y movimientos hipnóticos.

Si buscas algo diferente, algo que no solo desafíe tu mente, sino que también te transporte a un mundo de formas psicodélicas y puzzles fluidos, este juego es una joya. Su uso innovador de la realidad mixta, su enfoque en la percepción espacial y su estética única lo convierten en una opción imprescindible para los amantes de la realidad virtual.

Por otro lado, si prefieres juegos más convencionales con una historia lineal y mecánicas tradicionales, puede que Squingle no sea para ti. Pero si estás listo para sumergirte en un mundo de puzzles flotantes y desafíos cósmicos… dale una oportunidad!

En resumen, Squingle es como jugar con plastilina cósmica en un viaje interdimensional… pero sin los efectos secundarios de una rave psicodélica.

Squingle en Horizon Store.